Chichicastenango

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3-2-2013

Hoy mi empeño en usar preferentemente los transportes locales se ha puesto duramente a prueba, llegar de Panajachel a Chichicastenango -Chichi para los amigos- me ha supuesto coger tres autobuses distintos, y como hoy era día de mercado en Chichi todos los vehículos que se dirigían hacia allí, iban llenos a rebosar.

Ayer comentaba lo justo que se entra en un asiento de estos veteranos buses escolares, pero lo que todavía no había tenido ocasión de apreciar es que en los asientos dobles, cuando se va llenando se sientan tres personas, el tercero casi inevitablemente con medio culo en el aire y cuando ya están todos los asientos llenos y el tercero de cada uno toca con el hombro al del asiento de al lado empieza a ocuparse el pasillo con gente de pie y el hombro hermano del otro asiento se ve sustituido por la cadera o el muslo del viajero de pasillo. Yo he tenido suerte, de los seis trayectos de hoy, tres de ida y tres de vuelta, sólo he hecho uno de pie y dos de tercer ocupante de asiento.

Nada más salir de Panajachel -Pana entre nosotros- la carretera empieza a elevarse y adquiere una altura de vértigo, en la foto podéis ver Pana a la izquierda de la imagen y el Lago Atitlán.

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El resto del camino a Chichi es también bastante montañoso, al fin y al cabo la localidad se encuentra a casi 2.200 metros sobre el nivel del mar.

Contaba con ver uno de los mercados considerados más interesantes de Guatemala y ya de paso teniendo en cuenta la etapa del viaje en que estoy, incluso hacer algunas compras, y así ha sido he recorrido un mercado colorido como pocos y me he dejado tentar comprando alguna cosilla, pero eso no ha sido lo mejor del día.

En la plaza de Chichi se alza la Iglesia de Santo Tomás y lo de se alza lo digo en sentido literal, una escalinata de 18 escalones lleva a la puerta del templo y esa escalinata, junto con la puerta y el interior de la iglesia forman una estampa extraordinaria.

La escalinata reúne una extraña mezcla de actividad comercial, sobre todo venta de flores junto a ceremonias religiosas, quema de incienso y velas en un altar al pie de los primeros peldaños.

El trasiego de personas es incesante ya que la plaza queda absolutamente abarrotada de puestos de todo tipo que llegan hasta medio metro escaso de la escalera. Podría quedarse uno horas fotografiando este mundillo palpitante.

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Cuando uno ya ha conseguido desengancharse de la escalinata, la puerta del templo ofrece su propio espectáculo, hileras de velas encendidas, mujeres agitando incensarios, y junto a ellas un limpiabotas aplicado afanosamente a su trabajo.

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Y el interior, eran aproximadamente las 12 del mediodía de un domingo y allí no había la más mínima traza de que se fuera a hacer ninguna misa, por suerte he visto el letrero de “se suplica no hacer fotografías” tarde y ya había hecho una, después de haber visto el interior de San Juan Chamula, cerca de San Cristóbal estaba preparado para ver como un templo católico manteniendo su corteza puede pasar a ser algo diferente, aquí la transformación no es tan grande como en San Juan, pero está en la misma línea.

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Todo el conjunto, un templo sobre una escalinata ¿No os recuerda las pirámides o templos prehispánicos?, la reconversión de santos cuyas imágenes aparecen cargadas de billetes, las ceremonias, todo ello refleja la persistencia de una cultura que durante siglos ha resistido tercamente repetidos intentos de eliminación.

Por lo demás el mercado es una mezcla de puntos de venta de artesanía -textil mayoritariamente- y productos de consumo local junto a puestos de comida.

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La fachada del edificio municipal exhibe un mural que con alegorías tomadas del Popol Vuh, especie de “Biblia” maya, constituye un homenaje a las víctimas de la Guerra Civil desarrollada contra las comunidades indígenas en los años 70 del siglo pasado.

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Por la tarde todavía he tenido tiempo de disfrutar de un magnífico café en el atardecer de Panajachel, mañana para descansar de autobús la excursión la haré en barco.

Un comentario »

  1. Los trayectos en barca por el lago es visita obligada, de los pueblos del lago el que tiene algo más de interés es Santiago… De todas formas el entorno es alucinante. Un beso

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